Carlos, como tantos otros miles, pertenece a esa parte de la historia de Argentina tan dramática y que, pese a los esfuerzos de tantas personas, instituciones, organizaciones,….etc. Sigue sin resolverse. Carlos no es un preso político, ni un mártir asesinado por pensar. Carlos es un desaparecido. Es alguien que, a un sabiendo su dramático estado, para las instituciones sigue vivo. Se esfumó, nadie sabe nada.
No hay documentos, ni testigos, solo el convencimiento claro y cierto de que no va a aparecer.
Este es el legado que los militares han dejado marcado a sangre y fuego en esta región de Suramérica durante los años 70.
Esta es su historia pero no olvidemos que no solo fue él, si no que hay todavía varios miles que siguen desaparecidos.
Nació un 7 de Septiembre de 1955 en la ciudad de mar del plata, Argentina. De padre medico y madre abogada. Ingresó en la Universidad de la Plata, donde comenzó a dar sus primeros pasos dentro del marco político. Ingresó en las JUP, donde militó actívamente.
En 1976, tuvo que realizar el servicio militar obligatorio. Pero, aún desde dentro, ayudaba a sus compañeras/os, dado que tras el golpe pasaba información de dónde se encontrarían las patrullas de los militares para que los perseguidos, no fuesen interceptados.
Pasado un tiempo, los militares "levantaron" a tres chicas que le conocían. Como cabia la posibilidad de que apareciese su nombre durante los interrogatorios, decide irse de Mar del Plata. Pasó a estar en clandestinidad y no poseía documentación. Una gran amiga suya, tuvo que comunicarle a sus padres su situación y, a parte, que él era militante. Éstos, debido a que la situación iba empeorando, por momentos, intentaron sacarle del pais, pero fue inútil.
A principios del 78, volvió a Mar del Plata. Necesitaba documentación nueva, por lo que pidió ayuda a sus amigos y amigas. La única manera de conseguirlo era yendo a una discoteca y robarselo a alguno/a que hubiera hecho ya el servicio militar, pero no fue posible. Decide, pues, salir de Mar del Plata junto a su novia. En esta época, ya se encontraba entre las filas de Montoneros. Finalmente es capturado junto a su novia, embarazada, en Buenos Aires, y "desapareció" con 23 años de edad.
Jamás se ha vuelto a saber de él. Ésta es una historia realmente trágica, pero lo más dramático, aún, es que sus familiares y amigas/os no le han podido dar sepultura, dado que no ha fallecido, si no que está desaparecido. Pedimos tanto al gobierno argentino como a todos los organismos internacionales, que la justicia caiga con toda su fuerza sobre las/os culpables y, sobre todo, aparezcan las/os desaparecidas/os.
Quisiera, también, hacer un llamamiento a los hijos e hijas, dados en adopción de las/os desaparecidas/os para que busquen a su padres y lleguen al fondo de la cuestión, aunque sea dificil y doloroso.
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