Extraido de: LA HAINE
Miles de personas rechazan en la calle los
recortes del Gobierno. Tras la manifestación, centenares de personas se
dirigieron al Congreso. Cargas policiales 
Siete personas han sido arrestadas y al menos
26 han precisado asistencia médica, seis de las cuales han sido
trasladadas a centros hospitalarios, por la violenta represión tras la
manifestación que ha tenido lugar en Madrid contra los recortes
aprobados por el Gobierno ultraderechista de Mariano Rajoy.
Los represores han detenido a siete personas, en un caso por atentado contra agente de la autoridad (defenderse de los palazos) y el resto por resistencia y desobediencia a las fuerzas de orden público (correr delante de los malos).
Tras la llegada de la manifestación a la Puerta del Sol, centenares de manifestantes se dirigieron hacia el Congreso de los Diputados, donde los antidisturbios cargaron en un primer momento para hacerles retroceder y evitar que algunos de ellos causaran molestias a sus señorías.
Los bomberos se situaron en primera fila justo delante de los antidisturbios, tratando de calmar los ánimos sin éxito, ya que uno de ellos fue detenido tras unos momentos de tensión y forcejeo. En varias calles del centro de Madrid los manifestantes armaron barricadas incendiando contenedores de basura y arrojando diversos elementos a la calle, para intentar impedir el paso de las furgonas de antidisturbios.
La represión continuó luego en la zona de la plaza de Lavapiés, con disparos de pelotas de goma y bastonazos. No fue hasta pasada las una de la madrugada cuando los represores lograron dispersar a los últimos manifestantes.
Los represores han detenido a siete personas, en un caso por atentado contra agente de la autoridad (defenderse de los palazos) y el resto por resistencia y desobediencia a las fuerzas de orden público (correr delante de los malos).
Tras la llegada de la manifestación a la Puerta del Sol, centenares de manifestantes se dirigieron hacia el Congreso de los Diputados, donde los antidisturbios cargaron en un primer momento para hacerles retroceder y evitar que algunos de ellos causaran molestias a sus señorías.
Los bomberos se situaron en primera fila justo delante de los antidisturbios, tratando de calmar los ánimos sin éxito, ya que uno de ellos fue detenido tras unos momentos de tensión y forcejeo. En varias calles del centro de Madrid los manifestantes armaron barricadas incendiando contenedores de basura y arrojando diversos elementos a la calle, para intentar impedir el paso de las furgonas de antidisturbios.
La represión continuó luego en la zona de la plaza de Lavapiés, con disparos de pelotas de goma y bastonazos. No fue hasta pasada las una de la madrugada cuando los represores lograron dispersar a los últimos manifestantes.
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