El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha ingresado este jueves en el Consejo de Estado como miembro vitalicio con la promesa de poner su experiencia al servicio del Gobierno y con la convicción de que la crisis se superará con una respuesta "verdaderamente unitaria y solidaria" de la UE.
En un acto solemne conducido por la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, Zapatero se ha convertido en el único expresidente que es miembro del Consejo, ya que, aunque todos pueden optar a ello, Felipe González nunca lo pidió y José María Aznar dimitió del cargo para centrarse en la empresa privada.
Zapatero, apadrinado por el exministro de Justicia Fernando Ledesma y por la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, se ha mostrado convencido de que la salida de la crisis está vinculada de forma ineludible al proceso "cuasiconstituyente" en el que se encuentra la UE. "Para participar en él, el Gobierno de España debería contar con todo el apoyo político e institucional que se le pueda prestar. Y el Consejo puede ser particularmente idóneo ejerciendo en este ámbito su función consultiva y de asesoramiento", ha recalcado.
El presidente del máximo órgano asesor del Ejecutivo, Francisco Rubio Llorente, ha ensalzado la labor realizada por José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno al considerar que antepuso su responsabilidad con España a la responsabilidad con el PSOE, aun siendo consciente del "elevadísimo precio que habría que pagar".
Junto a Zapatero, han tomado posesión el exjefe de la Casa del Rey Alberto Aza como consejero permanente, y otros cinco consejeros natos, es decir, por razón de su cargo. Son el Fiscal General del Estado, Eduardo Torres-Dulce; el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Fernando García Sánchez; la Abogada General del Estado, Marta Silva; y el director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Benigno Pendás.
Todos ellos han entrado en el Salón de Plenos del Consejo de Estado acompañados por sus padrinos, que les han hecho entrega de la toga y la medalla de consejeros, antes de pronunciar sus discursos de ingreso.
Aza ha agradecido al Rey que le haya dado, una vez más, la oportunidad de servir a la Corona y ha dedicado un emocionado recuerdo a Adolfo Suárez "cuyo ausente silencio ha privado al Consejo de Estado de su presencia y consejo". Presidirá la sección Quinta, encargada de Hacienda, Administraciones Públicas, Economía y Competitividad.
Por su parte, Eduardo Torres-Dulce se ha comprometido a trasladar al Consejo de Estado la autonomía y la imparcialidad con la que quiere trabajar en la Fiscalía General del Estado, y el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Fernando García Sánchez, ha garantizado que se guiará por los principios de disciplina, jerarquía, unidad e imperio de la ley que inspiran las Reales Ordenanzas.
La abogada general del Estado, Marta Silva de Lapuerta, ha destacado el rigor técnico jurídico y la independencia de criterio de los dictámenes del Consejo de Estado y ha recordado a su padre, Federico Silva Muñoz, que fue letrado de la institución.
Por su parte, Benigno Pendás ha aludido a la creciente distancia entre la política y la sociedad y ha reclamado "una regeneración democrática" que haga frente "a la desconfianza y el escepticismo" y sirva para recuperar el prestigio de la política.
Al acto han asistido el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y su antecesor en el cargo, Francisco Caamaño, así cómo el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y buena parte de las personas que formaban parte del gabinete de Zapatero en La Moncloa.
El Consejo de Estado es el supremo órgano consultivo del Gobierno y una de las instituciones más antiguas de España, con más de cinco siglos de historia, encargado de velar que los proyectos del Gobierno cumplen la Constitución y las leyes.
Como consejero, Zapatero percibirá anualmente algo más de 70.000 euros brutos, una cantidad similar a la que recibe como expresidente del Gobierno.
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